La limpieza de chicles se realiza con una máquina específica para la eliminación de estos residuos. El equipo de limpieza lo componen una mochila con un aerosol, una batería recargable y un producto químico a base de extracto de remolacha mezclado con agua. Este producto es biodegradable, no daña la baldosa y no requiere ni mascarillas ni acordonar la zona.
La combinación de la presión y del calor produce que el chicle sea eliminado en tres segundos, alcanzando una media de mil masticables por hora, siendo el doble de eficiente que otras técnicas empleadas hasta ahora.